domingo, 10 de julio de 2011

Prólogo de una pasión (nunca te voy a alcanzar)


Imperiosa necesidad de vomitar lo que se siente. Inaguantables sentimientos que queman en el alma. Ojos inundados de lagrimas como cristales. Un altar de manto blanco abraza seis profetas que parecen flotar sobre la tierra. Solo unos metros los separan del suelo, haciendolos eternos, inalcanzables, inmensos.
La presión invade el pecho e impide respirar, mientras el ultimo aliento se va en cada grito, perdiendose alla, a la distancia, en un infinito.. lejos del cielo.
 Los fieles se transmutan desde sus ruinas a un templo que los alberga de calor.. de ese calor que solo los cuerpos conocen. Privilegiados testigos de una danza que retumba y sacude las fibras mas hondas de la razón, para iniciar un viaje al sueño mas profundo, a donde todo es posible.. a la imaginación.
Intensa y lugubre sensacion de felicidad, de tristeza.. enorme contradicción que potencia los latidos y los lleva al extremo. Momento culmine que destierra todo dolor, y profesa, desde lo mas puro, un amor incondicional, sin limites.. una enfermedad que parece no tener cura.
El lugar perfecto existe y de tanto serlo se torna injusto, imposible.. unos allá, otros acá, felizmente tristes de poder ser protagonistas de lo que algunos no; miradas complices nos acercan, podemos acariciarlos, sentirlos, los que relojean el cielo desde el suelo, y los que estan alla arriba.. los olores se mezclan y se abrazan..los recuerdos perforan los timpanos y abren un hueco en la cien. Lejos o cerca, el otro y el uno vuelven a ser dos, o tres.. se ahoga la razon y el sinsentido vuelve a ser eso que adoramos aunque no podamos ver.. en el pecho el nudo aprieta, los sentidos se quiebran, mientras todo se hace un poco menos peor; ya no hay tiempo ni espacio, no hay mundo: solo hay fe. El teatro llama al delirio, el escenario azul invita a darle todo a la nada, mientras le pedimos a la luna que salga y nos abrace al fin esa locura, eso que no todos pueden ver.



Ese amor perfecto que aprendió a ponerle las palabras justas a mis sueños, y el sonido exacto a mi ilusión.-

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